jueves, 18 de mayo de 2017

POESÍA Y MEMORIA.: MARTA OFELIA VALOY-TUCUMÁN


TE enviaré un poema que escribí en homenaje OLGA AREDES, LA MADRE DE JUJUY QUE DABA VUELTAS SOLA LA PLAZA DE GENERAL SAN MARTÍN y una pequeña crónica de cuando llevaron las cenizas de mi cuñado, el padre del hijo que crié y que es mi tercer hijo - dIce nuestra querida escritora, poeta, cantante de tango, conductora del programa " TangoS y Palabras " de Radio Universidad de Tucumán.94.7-
MARTA VALOY ES UNA DE NUESTROS TESTIMONIOS VIVOS DE AQUELLOS QUE CON LA PALABRA, BUCEAN EN LOS MARES DEL RESCATE DE LA MEMORIA, ESOS MARES DEL NUNCA OLVIDO, DEL SIEMPRE " PRESENTE"!!




/ Este poema fue escrito en homenaje a Olga de Aredes una inclaudicable luchadora, madre de Plaza de mayo, una figura emblemática que conmovió a la comunidad internacional. Su esposo desapareció durante la dictadura del 76 en la Provincia de Jujuy, Argentina, más precisamente en el Ingenio Ledesma, en uno de los famosos apagones de la muerte donde los asesinos de la dictadura contaban con la complicidad de los dueños del Ingenio para llevar adelante los operativos de secuestro de dirigentes y ciudadanos que estaban en la resistencia .Desde la desaparición de su esposo y durante casi treinta años Olga daba la vuelta sola en la plaza del pueblo con su pañuelo blanco. Luego, ya en la democracia, emprendió una cruzada contra la contaminación que generaba esta fábrica y se dio la paradoja que ella murió hace cuatro años de bagazosis , una enfermedad que obstruye las vías espiratorias y que es provocada por el bagazo de la caña de azúcar que el Ingenio desparrama en el pueblo. /

HA MUERTO OLGA AREDEZ: UNA IMPRESCINDIBLE Fue un jueves de ronda, qué paradoja una avalancha de sombra abatió su paso. La plaza se quedó sola Nos quedamos solos, Olga, Todos los que íbamos a bordo de tu pañuelo Nos quedamos solos Una tristeza ancha nos oscurece el corazón Nos viste con sal el alma. Nos alcanza el dolor inevitable Hay congoja y un enorme vacío. Lo saben los que sueñan con otro mundo mejor Lo sabe el pueblo empobrecido Lo saben los que temían tu temple Los que encontraban su cobardía en tu mirada de mujer valiente Lo saben los que fingían ignorar tu ronda de pasos lentos, de cartel y dignidad en alto, en esa soledad donde iban juntos utopías y corajes ¿Quiénes apuraron tu partida? El sistema de horror que no da ventajas desparramó la nube de bagazo que te abrió el pecho y te robó el alma Sistema que tiene nombre de ingenio en tu pueblo Sistema que explota y lleva la muerte lenta y silenciosa para que no parezca una catástrofe El mismo que estremecía las noches en apagones de muerte. Ahora sos dulce nombre, bandera blanca de lucha, sueño, sortilegio de luz para quemar el miedo. Para siempre, tenaz ejemplo. No lloremos, amigos, es jueves de otoño, pero la primavera crece en su pañuelo blanco

Marta Valoy



GUAGNINI, Diego Julio.

“Lito”. Nació y se crió en el barrio de Boedo (calle Castro Barros 1561) al igual que su hermano Luis Rodolfo (ver su registro). Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 69). 25 años. Militante montonero. Pareja de María Isabel Valoy, (ver su registro) con quien tuvo un hijo. Al momento de su desaparición ese niño –Emilio- tenía tan sólo 18 meses de vida. Y él, está orgulloso de la militancia de sus padres en Montoneros, como lo hizo saber en un reportaje aparecido en “Página 12” el 14 de diciembre de 2010. Diego Julio Guagnini, fue secuestrado-desaparecido el 30 de mayo de 1977, en la zona del Barrio de Nueva Pompeya. Visto en el CCD Club Atlético antes de su asesinato.
Sus restos fueron recuperados gracias al Equipo de Antropología Forence en 2013 y sus cenizas se encuentran al pie de un árbol en "El Bosque de la memoria" en el cerro San Javier.


Homenaje a Diego Guagnini
Ayer, sábado 13 de julio de 2013,
llevamos los restos de Diego Guagnini al Bosque de la memoria. De esta manera, volvió a la tierra donde inició su lucha y conoció el amor que floreció en el milagro de su hijo Emilio, sol de nuestras vidas, presencia tangible de su apuesta a vida junto a Teté. Colocamos en una breve cicatriz del bosque, convertida en tumba inabarcable, sus cenizas. En medio de la emoción, tuvimos la certeza de que en ese mágico instante estábamos desbaratando el tenebroso proyecto de borrar las huellas de los luchadores que pagaron con sus vidas el sueño de un mundo más justo. Resguardábamos la historia de una vida, izábamos la memoria, fusilábamos la impunidad. Su familia y los amigos, lo despedimos conmocionados, con lágrimas, con palabras, con silencios y dijimos PRESENTE con los brazos en alto. Ahora Diego esta ahí, al abrigo de un árbol que se plantó en su nombre, al arrullo del viento que cruza la fronda , contra el miedo y el olvido, más vivo que nunca en nuestro corazón.
Hoy  no  voy  a  citar  un  país   europeo   ni   uno imaginario
hablaré     craquelaré     la  voz  de  la  escritura
como   una   hoja    seca   para intentar   lo  intangible / aquello  que  callamos 
una  enfermedad  / un sol  ausente
un  hecho  de  violencia / un sufrimiento
y la cara  felíz  de  las  palabras  que  solemos  colocar
con  buen  atuendo 
voy  a  ser  una  pasmosa  delatora
de  la  metafísica  que  dice  que  la  vida  está de fiesta /
voy a  decir que el dolor  ha  hecho  estragos  y  que  algunas  casas
por dentro  se  desangran
que  cuando  niños  alguien  violó  la  inocencia  y  no  contamos 
tan  sólo  las  máscaras  acuden  con  sus brillantes  lentejuelas
van a maldecir  mi  discurso / no van a querer leerlo
las  muertes  más muertes  los  dolores  más  dolores
se  cuentan    puertas  adentro  y  un  buen  disfráz  los  pone  a  caminar
a  andar  pasillos  de sociedad    otra vez  mudos
tiembla  hoy  la ficción / no alza  vuelo

(renieguen los que  dicen  que   hace  culto al dolor esta que escribe )

una  cosa  es  querer  cerrar  los  ojos  /  otra  es  mirar  mirar  adentro
cuántos alaridos  como    perros  que  muerden  los  talones
cuántos  desastres  fraudulentos / inconciencias   insanías 
de  quienes  deciden  destinos  de  mujeres    niñas   pequeñas  flores
pueblos   mujeres  pueblos  niñas   

y sinembargo
cuánto  intentamos  callar  /  es  decir
voy a pedir  disculpas  luego  : no es  una  poesía
es  una  declaración  de  vida  que  también  se  vive
de  querer  salvar  al  desconsuelo  " nombrando"
realismo :  la  vida  es  también  una  alegría  /  claro  claro
que  es  una  risa  plena
un  nacimento  por  segundo  acaso
jamás  un  encadenado  dolor  que  sigue  el  eslabón a la muerte

uno  es  lo  que  es
y  contra  eso / a favor  de  eso
se cae / se para / se  está de  pie
se  vuelve  el  rostro
y  en la almohada nunca  nunca
quedará  muda  cualquier  pesadilla   .


Alejandra  Díaz