Natalia Trouvé:
nacida en Tucumán- Argentina, esta creadora es diseñadora gráfica y textil, ilustradora, cantante, letrista y compositora. Incursionó en la escritura a edad temprana realizando relatos cortos y poemas. Fue seleccionada para formar parte de la 1° Antología Literaria Escritos de Mujeres, de la Sec. de Estado de la Mujer en Tucumán, Gobierno de Tucumán, y obtuvo una Mención en el 1° Concurso de Cuento Corto Mayo de las Letras 2021 con su obra “Broches en el Pelo", que forma parte del libro “18 cuentos cortos para disfrutar” Ediciones Ente Cultural Tucumán; el Segundo Premio en el “1° Concurso de Poesía Tafí Viejo Ediciones 2022” con suformando parte del libro digital “Tucumán es metáfora” y el Segundo Premio en el Concurso de Poesía Dora Fornaciari 2024, de Tafí Viejo, con su libro de poesía “Matria”. El mismo fue seleccionado por el Fondo Editorial Aconquija del Ente Cultural Tucumán como uno de los títulos para ser publicados en el año 2025.
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Natalia Trouvé |
Participó en diversos eventos poético musicales y encuentros de escritores y poetas. Como compositora de canciones de raíz folklórica obtuvo con “Siembra” una
Mención de Honor en el “Certamen Canción Inédita Limón de Oro” organizado por
la Municipalidad de Tafí Viejo con motivo del 50º Aniversario Festival Nacional
del Limón En el año 2021 obtuvo una Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes para terminar de componer y grabar su música, resultando en un trabajo discográfico de 10 canciones llamado “Nido”. Este trabajo discográfico ganó posteriormente un subsidio del Instituto Nacional de la Música y una de sus composiciones forma parte del cancionero folklórico de Compositoras Mujeres del NOA y obtuvo el premio Mercedes Sosa 2024 por Mejor Diseño de Portada.
Decir que se trata de una escritora, cantante, artista mujer que tuvo reconocidos logros durante años anteriores y éste 2024, es sólo corroborar el talento de Naty Trouvé,
disfrutar de su amistad, agregar que es una madre, trabajadora y luchadora por los derechos de la mujer. Es fundamental la presencia de su compañero de vida Daniel Albarracín,
músico, compositor y docente, integrando ambos el dúo Touvé Albarracín ig :@truvealbarracin, ampliamente reconocido por el público el talento y carisma del mismo.
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Dúo Trouvé- Albarracín |
TEXTOS DE NATALIA TROUVÉ :
H2O
Cada mañana,
antes del desayuno, lo salpicaba con agua bendita para quitarle lo gay.
Guardaba la
botellita santa que libraría a su hijo de todo mal en el secreter de su
placard, bajo
llave, no vaya a ser que alguien se la tome por alguna clase de
equivocación, o
(Dios nos libre) a propósito. La había elegido un día que se levantó
inspirada; con un
embudo le sacó toda la colonia que luego metió como pudo en un
descartable de
plástico; a duras penas le quitó la etiqueta raspándola con el
Tramontina y,
antes de llevarla a la parroquia, la lavó bien por dentro y por fuera con
detergente y Cif
diluído. La llenó con el agua de la canilla, directo nomás, total el curita
le haría el
milagro.
La guardó en la
cartera, y salió.
Luciano, niño
ojos de agua mansa, por donde andaba resplandecía o se volvía de
azúcar.
Se enamoró de
Bruno una mañana en la escuela, no estaba seguro si por el tierno
remolino que se
le armaba rebelde en el jopo o por sus manos finas de nácar. Tenía
linda letra.
Le miró la nuca
por segunda vez.
Le burbujeó el
estómago.
Escribió:
Amaneciendo
la lluvia se
desliza
Exhalo tu luz.
Regresó a su casa
a contar sobre la buena nueva, la ebullición, el remolino, el racimo
de mariposas;
pero no hubo serpentinas, ni abrazos, ni banderines de colores. Le
dieron una
cucharada de Novalgina, por si acaso, le tomaron la temperatura, le
revisaron la lengua,
le preguntaron si había ido bien de vientre, y lo enviaron derechito
a su cuarto con
la noble tarea de leer varios capítulos y versículos seguidos del libro
sagrado.
La sonrisa la
guardó en la penúltima hoja del cuaderno de lengua, envuelta en un
corazón, tan fino
como esos dedos.
Su madre volvió
feliz con todas las indicaciones. Diez padrenuestros, diez avemarías y
un gloria cada
noche por siete meses.
Se tomó sus
pastillas que la ayudaban a pasar el semestre triste de la manera más
feliz. Había que
esperar.
En el tiempo
alegre inflaba globos, se colgaba plumas exóticas en el pelo, lucía sus
mejores perlas,
giraba con los brazos abiertos y le ponía dulce de leche al puré.
Jugaba a las
picadas con el carrito entre las góndolas del súper.
Se pintaba
círculos rojos en los cachetes.
Cantaba a grito
pelado en cualquier calle.
Y así
transcurría, brillantina o contrabajo.
Cómo podía el
amor, el hijo.
Por las noches
rezaba:
Curar al pepé
Conservar su alma
clara
Que vaya al cielo
Amén.
Luciano cerró el cuaderno,
abrió la puerta y salió.
Se estiró cuánto
pudo en el jardín delantero.
Inspiró.
Comenzó a mover
primero las muñecas, luego el codo. Sus hombros trazaron círculos
y ya en el oleaje
tuvo que ondular el cuello, acompañar con la cabeza, la lengua. Abrió
sus pliegues y
dejó surgir el sonido. Era un delfín. Salpicaba con las cejas, el pelo.
Pintaba nubes con
el torso. Como un demiurgo inventaba: atrapasoles, ventilamar,
caricorpo,
poliluz, brincaverso, liberpaz. Brunaire.
Respiraba, se
inflaba, estallaba.
Allegro, twist,
adagio, cambré, relevé.
Soltaba sílabas y
formas al aire.
Intuía pasos,
arcos. Saltaba.
Por su cintura
goteaba.
Por sus piernas
se derramaba o transformaba.
Fue
cascada.
Granizo y nieve.
Hidrato.
Cubito.
Sal.
Nácar.
Amor.
Vapor.
Sus talones
soltaron el suelo, empezó a flotar. Su cuerpo ligero cada vez más alto, más
y más alto en el
azul.
Infinitos haces
lo atravesaban.
Desde abajo
parecía un protón, una partícula sideral, un rayosol.
La madre escuchó
el revuelo que había en la puerta de su casa, se puso las pantuflas
calentitas de
lobo siberiano que compró frente al ex mercado del Norte, salió y lo vio.
Parecía un ángel.
Abrió grande los
ojos, la garganta se le cerró.
Se persignó tres
veces.
En punta de pies
su alma.
Estiró sus brazos
y lloró.
Era una señal
divina.
Luciano le
estampó en el aire con las manos así, un beso alado. Libre...
Alguien le acercó
el frasco de colonia, para volverla en sí.
Desenroscó la
tapa con cuidado, limpió con el puño el borde, y se lo tomó.
De un solo trago.
Natalia Trouvé
PLEGARIA
Te vas lejos
Y no se como
encontrarte
Dibujo en mi
almohada
El boceto de tus
ojos.
Y no hay nada que
me traiga
El sabor de tu
sonrisa en mi corazón.
Te encuentro en
la bruma
Y el aroma de los
tarcos
Prendí una velita
para acunar la
nostalgia.
Y no hay plural
que nos nombre
Ni barquito de
papel que te traiga hasta aquí.
Vuelve, vuelve,
como vuelven las
florcitas del lapacho
vuelve, vuelve
como vuelve este
Febrero que te trajo
Vuelve, vuelve,
como el sol, como
la lluvia y los naranjos
Vuelve vuelve...
Te busco entre
las rendijas
O anidando en la
plegaria que el tiempo tejió.
El mundo camina
Pero el pájaro no
canta
Hice un
ovillito
de colores con tu
nombre.
Sigo el rastro de
tu ausencia
marco cruces en
el mapa que tiene tu olor.
Te vas siento
Que el mañana se
derrama
En una botella
Guardaré todas
tus voces.
Y la forma de tus
manos
Caminando por mi
pelo
y tus pies en mis
pies.
Vuelve, vuelve,
como vuelven las
florcitas del lapacho
vuelve, vuelve
como vuelve este
Febrero que te trajo
Vuelve, vuelve,
como el sol, como
la lluvia y los naranjos
Vuelve vuelve...
Te busco entre
las rendijas
O anidando en la
plegaria que el tiempo tejió.
La tarde cae
tu recuerdo sigue
intacto
aguardo en el
aire
las señales de tu
mundo
te regalo un par
de alas
Y no hay nada más
que hacer que esperarte otra vez.
Natalia Trouvé
Siembra
(Chacarera Doble)
La Genoveva
alzaba
Su voz al viento
Y el azul de sus
ojos
Flameaba lejos
Buscando en la
mañana
Algún sendero.
De sus manos
brotaban
Los alimentos
Limón, albahaca y
menta
Jugo del cerro
Surcando por sus
venas
Como un lamento.
La curva de su
espalda
Agrio silencio
Tal vez era la
misma
de un cosechero
Encorvando
tristezas
Y ni un derecho
Abuela de la
tierra
Tu siembra clama
La Yunga te ha
parido
Iluminada
Tu puño se
levanta
Desde mi caja.
Recitado:
Atravesando los
mares
Llegó tu estirpe
guerrera
Refugiando en
alimentos
La cultura de su
tierra
Entremezclando
saberes
Habitando los
hogares
Cítrico sabor a
burgol
En tu mesa
cobijaste.
De tus brazos
surgen cántaros
Danza del
vientre, descalza
Sobre tu curva
sagrada
Fue mi niñez
albergada
Madre de las mil
luchas
Tus rodillas
lastimadas
Desgajaron los
caminos
Que transitan mis
hermanas.
Recorro tu
arboleda
La verde greda
Que sembraste en
mi canto
Sin darte cuenta
Cuidando cada
brote
Agüita fresca.
Camino pedregoso
Fue tu
destino
Mujer patria
sagrada
Abrir los míos
Reverdece tu
lucha
Si yo te miro.
Azahares de
nostalgia
Trenzan mi pelo
Si acaso te
recuerdo
Bajo este cielo
Se mecen mis
caderas
Linaje eterno.
Abuela de la
tierra
Tu siembra clama
La Yunga te ha
parido
Iluminada
Tu puño se
levanta
Desde mi caja.
Natalia Trouvé
Lumbre
Un suave chispazo
de pluma flotando
un brindis
derramado de aguacero
el amanecer
trinando pájaros a cántaros
una fruta
mordida, una luciérnaga.
Un pedacito de
ala cobijadora
una boca de
palabras besadas
un sinfín de
sauces y calandrias.
Una palma desnuda
por donde caminar.
Un cielo
un
silencio
una
puerta despejada.
Todos merecemos
el buenamor.
Recostarnos y ser
savia, raíz, tierra fértil,
abrir los brazos
y llenarse de nube los párpados
latir entre el
follaje, volverse violeta, ser flor de lapacho
embarrarse de
vida.
Carcajearnos la
espalda con dientes de león
y oler cada
trébol que brote de sus ojos.
Suertudo.
La tardenoche te
sopla sus secretos.
Te nace el sol
desde tus plantas.
Respiras la paz.
Todos merecemos
despertar.
Brilla un telar
de miles de gotitas como seres
piel con piel,
atravesados de espejos
tocándonos los
abismos y los océanos
¿Será que
podremos ser más fuertes?
Yemas, dedos,
mejillas.
Escuchar el
murmullo del hormiguero incansable,
recostarse en el
vientreperla sagrado
sentir sus
brotes, bebernos la energía a borbotones
fosforecernos de
luz. Percibir.
Plegar y abrir
soltar
y amar
dibujarnos
el sendero.
Cae la noche a
pinceladas,
se abre paso el
sonido sagrado del cerro en silencio.
La soledad danza
con las lechuzas.
Aromas de
palosanto, jarilla, y sándalo.
Galopa una
langosta entre sus notas
mientras el
viento se desliza y me lame los brazos
abiertos
de
par en par.
Natalia Trouvé
Lazos
En el velorio mi
mamá era la que más lloraba y hacía aspaviento. Ya no se acordaba que le
había dicho a la
abuela, a los gritos, que se vaya de la casa; y la dejó sin su quehacer
cotidiano. Sin la
llave de la reja que cerraba todas las noches. Sin la silla de la siesta. Sin
su
fuente roja
enlozada favorita. Y sin tantas mujeres para pelear a diario.
Pelear por
cualquier cosa era vital.
Llamarnos a los
gritos desde el portón o la cocina.
Sentarse al lado
de la heladera para que no nos robemos las sfijas de la cena durante la
siesta.
Retarla a la
Blanquita por haber tendido mal la cama o haber guardado en el cajón del ropero
de la pieza del
fondo los sachets de leche.
-Con razón tenés
ese olor -le decía- todo se está pudriendo ahí dentro. Entonces le compró un
jabón y le dijo
que se bañe bien todos los días, que la quería cada mañana en la cocina, en lo
posible, oliendo
a algodón.
Después le
enseñaba a amasar el kippe, separar las hojas del perejil, y veían la novela y
se
reían de lo
lindo. Compartiendo su invisible soledad. Abrazadas.
El café de la
sala estaba aguado.
Una multitud
rodeaba el cajón.
La tía, una rubia
de ojos verdes y piernas turgentes, otrora reina indiscutible de la primavera y
los estudiantes,
intentaba recordar el padre nuestro pero no le embocaba ninguna frase.
Mi abuela allí,
recostada en el cajón, con esa tibia firmeza de siempre, sus cachetes
colorados,
su blusa y las
perlas.
Sus hermanas la
relojeaban desconsoladas, secreteaban y se abrazaban, señalándonos con
los ojos y la
punta de sus lenguas. Tenían la misma nariz, y la misma voz que ella…
Una multitud se
agolpaba en el velorio.
Hasta los
taxistas estaban.
La Blanquita
justo en el borde la miraba.
Sus ojos claros
ahí, de par en par, observándola como si a lo lejos un dulce aguacero.
Mi mamá desde su
silla lloraba.
A los gritos.
El decoro
Tal vez las
vergüenzas también vinieron de mi abuela, pero extrañamente, ella no las tenía.
Sin siquiera
percatarse caminaba por la calle saludando a los gritos a todo ser que se encontrara en el
camino. Doña Rosa la de Superlandia, Francisco el del carro de las verduras, la del almacén
Doña Maga que le vendía las hojas de parra, taxistas diversos o el chofer del colectivo de
turno; y les cambiaba viajes por sánguches de milanesa o una bandejita de niños envueltos.
Caminaba por el mercado probando verduras varias, aceitunas negras, dulce de batata, o se
llevaba una banana y si le gustaban, recién al final, regresaría a comprarla.
Quizás el cartero
que pedaleaba bajo la lluvia esa tarde sobre la Perú fue testigo de las dos plantas de
lechuga repollada que le robó de la huerta del jardín delantero al vecino de la
casa oscura y
solitaria. Nos acercamos sigilosas, casi sin respirar, y luego salimos
disparando al grito de
¡corraaaan, corran que el viejo de mierda nos va a perseguir!
Así era ella,
como un puñado de hierba libre y agreste.
Le encajaba
comida de prepo a las madres de nuestras compañeras del colegio.
A veces nos llevaba
al centro a pasear y se metía en velorios de desconocidos a llorar al muerto.
Nos decía que
debíamos usar las medias sin agujeros y la bombacha limpia, por si acaso teníamos un
accidente en la calle y las descubrían en el hospital; estar todas charoladas, pintadas y bien
peinadas a fin de llegar al nosocomio con el mejor aspecto posible.
Para que nos
atiendan bien; porque finalmente, las mujeres, éramos unas sinvergüenzas.
Natalia Trouvé
Canciones y videos del dúo Trouvé- Albarracín
UMBRAL
Este video fue realizado a partir de películas fotográficas para filmadoras 8 y Súper 8, grabadas por Ernesto Trouvé (Papá de Naty) entre los años 1972 y 1988 en San Miguel de Tucumán y cuando estuvo paseando por diferentes provincias de Argentina,
manejando un Fitito rojo AR
🌧️Las películas fueron rescatadas de la inundación que hubo en algunas zonas de Yerba Buena en el año 2001. Les limpiamos el barro que tenían y logramos devolverle su utilidad
🤓 Después de varios intentos, reparamos su viejo proyector Ricoh, y esas películas cobraron vida en una pared blanca de nuestra casa. Nos emocionamos,, las digitalizamos con una cámara de fotos actual y supimos cual sería su música 🙌🏻🙌🏻
El resultado: un mágico y maravilloso viaje en el tiempo
https://youtu.be/XqOIk4_tWkE
NIDO
"Participaron en este disco un montón de amigxs maravillosxs: Nico Peralta (percusión), Carlita Guzmán (vientos), Mathias "el negro" Agüero (contrabajo), Federico Aguirre (acordeón), Javier Matota Gómez (violín), Pulpo Ramos (pianos), Angélica Camuñas (voz), Jannina Valdez (voz), Jazmín Fiori Trouvé (voz), Jessi Morillo (voz megáfono), Gustavo Escalante (cuencos tibetanos y otras bellezas) y Christian Ruiz (bajo).
Dani Albarracín (guitarras)
Natalia Trouvé (voz)
Las canciones son todas composiciones nuestras!
Esperamos lo disfruten
🎙️Grabado en Estudios Ñandú Records.
Disponible en todas las plataformas digitales "
DISCO ES CULTURA
https://open.spotify.com/intl-es/album/1GnkiEruqFZO2B4ezi9ESr?si=0_9uAFcqQKiUMqrWqFkCYQ&context=spotify%3Aalbum%3A1GnkiEruqFZO2B4ezi9ESr&nd=1&
Nido- álbum- Trouvé- Albarracín
Muchas gracias por todo tu aporte a la cultura y a pieldemundoblogspot.com
Natalia Trouvé !!!!!
Alejandra Díaz