sábado, 9 de marzo de 2024

ESCRITORAS ARGENTINAS EN EL MES DE LA MUJER : ROSANA HERRERA DE FORGAS - TUCUMÁN

 

    Rosana  Forgas : 

                                     mujer a la que tuve  la dicha  de  conocer y leer , con esa  personalidad auténtica, fuerte  y poderosa en su voz al comunicar,  esa tierna capacidad de nombrar la cotidianeidad y sus más mínimos detalles .


Rosana Herrera de Forgas 

Rosana Herrera de Forgas
 nació en Tucumán en 1957: “un jueves seis, de un mes seis, a las seis de la tarde y en la casa familiar de barrio sur, con una vecina partera ayudando. ¡La pucha! yo desde siempre anticipándome y no dándole tiempo a mi mamá a llegar al sanatorio”.

Escribe desde siempre, “creo que nací con un birome enredada en el cordón” pero recién salió de la clandestinidad cuando se Animó a Gritar de la mano de Mercedes Chenaut, a la que reconoce como la única responsable de que ella desempolvara todos sus borradores y los compartiera con aquellos que sienten como propios decires ajenos.

Admira profundamente las letras de Clarice Lispector, de Leila Guerriero, de Wislawa Szymborska, la seduce la agudeza de Alejandro Dolina, se deleita con la poesía de Miguel Hernández, de Gelman y de Benedetti y disfruta de tantísimos otros que la cautivan y la acompañan desde esa pila desordenada que puebla su mesita de luz. Aunque, desde siempre, su devoción por el maestro Galeano la delate y la haga confesar, con orgullo, ser una de sus viudas.

Rosana es farmacéutica especializada en Políticas Públicas y en Comunicación en Salud -entre otras disciplinas que le facilitaron su desempeño en la función pública- Fue vocal del Consejo Provincial del Salud, Directora de la Farmacia Oficial de la Provincia, Directora de Programas y Servicios Técnicos y Responsable Provincial del Programa REMEDIAR, -algunas de las funciones asumidas en su paso por el SiProSa-. En la Obra Social Provincial fue Directora del Centro de Calidad de Vida. Aunque sus verdaderas vocaciones fueran siempre el periodismo y la literatura. Por lo que “me di con el gusto de hacer radio en varias oportunidades” conduciendo los programas: Tucumán tiene remedio. El café de los imposibles, La salud en terapia extensiva y Como la Cigarra, fue columnista de varios medios digitales y dirigió las revistas Tribuna Farmacéutica, Educar y la Barraca.

En 2022 publicó su primer libro DESDE ADENTRO (Ediciones del Parque) y actualmente integra el colectivo literario El Refugio de la Palabra -coordinado por Natalia Zanotta- y el equipo de redacción de la revista Sin Miga.

Pero, como ella misma dice: -si me pidieran a mí que me describiera con una sola frase diría solamente que soy una abuela escribista.


  TEXTOS DE ROSANA HERRERA DE FORGAS :


OTOÑO 2020


        Aunque hoy ya sea mañana, no puedo dejar de pensar en todos los ayeres desde

que se escondieron las sonrisas, se secuestraron los abrazos y se distanciaron los

encuentros. Demasiada tristeza en gel se nos desparrama y no la habilita a la

esperanza a reacomodarse y volver a aparecer, derrotando vigilias perpetuas. El

dolor acecha en cada rincón virtual al que la modernidad nos condena. La rutina

huele a obituario, a epitafio, a responso.

Y por afuera, la inconsciencia que lastima, me aleja cada vez más de esos retazos

de vidas pasadas a las que no quiero volver cuando todo vuelva. Me quedo aquí,

atrapada en la angustia de un tiempo que parece que no pasa.

Y busco resguardo en la memoria para que se me pase.

 

VOLVER

      Solamente la voz de ella, poniéndole música a las palabras de él, logran

confundirla a la nostalgia. Y hacerle olvidar que está en el carril derecho,

volviendo. Con el mismo verdor que la cobija durante todo el trayecto que la

separa del paraíso.

Nunca hay adioses, son "chaucitos, hasta muy pronto", las eternas plegarias que

los comprometen frente al altar de los regresos. Y a las promesas se las cumple.

Desde 15 años, 10 meses y 20 días.

Y aunque los números sólo indiquen el tamaño de la ausencia, se dan maña para

disimularla.

Siempre.

 

LAS PARTIDA  

                             ( a mis  nietos )

 

      Cuando las mediecitas solteras, desparramadas entre crayones y restos de

galletas se encuentran, sorteando el desorden, se envuelven y se meten otra vez

en el bolso que las trajo.

Cuando el silencio empieza de nuevo a rellenar cada espacio aturdido de tanto

grito, las rueditas de las valijas suenan muy parecido a la tristeza.

Cuando los abrazos se sostienen por largo rato como queriendo acortar el tiempo

que resta para la próxima bienvenida, los adioses se prohíben y en su reemplazo

los "hasta muy prontito, te amo" te dejan silbando bajito.

Es cuando definitivamente descubrís, aliviada, que el fantasma de la hoja en

blanco que te acosa siempre por esos días mágicos, se esconde detrás de la

catarata de palabras que reaparece, apenas el auto se pierde en la esquina.

Y te quedás con ellas para que te ayuden a pensarlos todo el tiempo, hasta el

nuevo regreso.

 

ESTOY SIENDO

 

Soy esa brisa suavecita que te despeina.

Soy ese huracán que te hace temblar.

Soy ese abrazo que te estrangula.

Soy esa tardecita fresca tomando mate en el balcón.

Soy ese amanecer nublado y frío que te hace renegar.

Soy esa garúa finita que apenas te mancha el vidrio de la ventana.

Soy esa tormenta repentina y furiosa que te pilla sin paragüas.

Soy un baño de inmersión y soy la espuma que te acaricia.

Soy esa ducha calentita antes de acostarte, en invierno.

Soy esa carcajada estruendosa de una noche de jazz y de malbec.

Soy ese llanto despacito debajo de las frazadas.

 

Soy un helado de chocolate saboreado en el banco de esa plaza.

Soy esa sopa humeando con la que te sacás el cansancio.

Soy esas montañas y ese mar que te sosiegan.

Todo eso soy.

Porque te estoy pensando.

Y porque te quiero demasiado mucho.

Hoy más que nunca

 

MODORRA

 

    Desde que en la mesa del comedor de diario dejaron de vestirse todos los días

para seis.

Desde que esa misma mesa se viste de fiesta para celebrar, pero sólo de a ratos,

cuando se llena de platos, cubiertos, gritos, de vasos baboseados y de manteles

manchados a puro codazo… los domingos cambiaron.

Desde que las reuniones, en modo familia completa, se honran a pura carcajada,

a los domingos ella los sabadea de punta a punta. En los atardeceres, deja que la

modorra se le instale y es cuando los silencios, la falta de apuro y los cielos que

empiezan a desteñirse, son el entorno perfecto para que los otoños la acurruquen.

Porque es en estos meses de "no sé qué ponerme", de ojotas con medias, de

paraguas y anteojos de sol, de azules diáfanos y nubarrones, de solcitos

abrazadores -y no de calores abrasadores- cuando deja que los recuerdos hagan

de las suyas con su teclado.

Y cuando corre presurosa a buscar esos tesoros que guardan todas esas fotos en

todas esas cajas que hay en todas las casas. Y empieza ese romance

interminable que se renueva, semana a semana, entre lo que le muestran los

 

sepias y lo que ella se acuerda que le contaron. Y por suerte, amodorrada como

ella, siempre hay alguien detrás del teléfono para compartir los sentires sin intentar

interpretarlos.

Sabe que mañana es lunes y todo vuelve a empezar.

 

LA CERTEZA


      Entre albatros, abadejos y agapantos, las primeras y las últimas letras de un

abecedario de edenes y de sosiegos.

Sobrevolando la paz que, en vano, intenta convidarse pero que muere en el

intento.

Con el sabor de la historia compartida con las pocas espinas que apenas tiñeron

el goce pleno.

Y con el estallido de color envolviendo los cielos de violetas.

No te hace falta más nada.

Era lo que querías.

Y hoy sabes qué lo tenés.

 

          Rosana Herrera  de Forgas   


   pieldemundo.blogspot.com , agradece tu valiosa  participación  querida escritora !!


Alejandra Díaz