jueves, 14 de marzo de 2024

ESCRITORAS ARGENTINAS EN EL MES DE LA MUJER: ADRIANA LUCERO- TUCUMÁN

 

                       Adriana Guadalupe Lucero 

                                                                        , Licenciada en Letras, Profesora de Música y de Italiano  Magister en Tecnologías de la Comunicación, investigadora y escritora, nació en San Miguel de Tucumán, el 17 de enero de 1983.

Entre sus publicaciones se destacan: “El Guardián” (2011), a través del Plan Nacionade Lectura; “Un preludio” (2011), en la antología de relatos Acaso la Vida, de la  Editorial Dunken, los libros de cuentos Extraña Presencia (2013), Entre Sombras y sueños (2015), Vuelta al deseo en cuarenta mundos (2017), antología narrativa  autogestionada De esto no se habla (2019) y trabajos de investigación publicados en  Libros y Actas de Congresos, Simposios y Jornadas.

Actualmente se desempeña como docente de italiano en la Facultad de Filosofía y

Letras de la UNT, en el ISMUNT y es personal adscripto en la Dirección Artística de

Letras del Ente Cultural de Tucumán


                                           

Adriana Lucero

 

            POEMAS  de Adriana Lucero 


 

Se me ha dormido el cuerpo

Se me ha dormido el cuerpo

a sacudones lo despierto

lo intento

le doy palmadas

lo llamo

le grito

le lloro

le doy calor

pruebo también con el frío

pruebo con agua

con fuego

lo lastimo

me enojo con él

luego le hablo con ternura

quiero que reaccione

sigue dormido

nada lo despierta

Conjuro la oscuridad

para pedir que se mueva

y vuelva a ser quien era

Pruebo bañarlo en sal

elevando una plegaria

a mitad de la tarde

 

Es inútil

se me ha dormido el cuerpo.

Se me ha dormido profunda

e irremediablemente

Ya no hay alba para él

Todo es noche, quietud

Todo es solo silencio.

 

Gravidez

 

He parido atardeceres

Ocasos de silencios

Madrugadas de lágrimas

He dado luz

a embriones de deseos

Fetos de sueños

He pujado

cuando el pasado

quiso salir del útero

He parido como la tierra

como los ciclos

como el tiempo

intentando contraer mis caderas

para que nada salga

 

y todo quede entre mis piernas

en la estrechez de una duda

Soy

en cada parto repetido

la madre primeriza

de todos mis miedos

 

Nudismo

 

Tengo desnudos los huesos

He mudado de piel

Y por ahora

La osamenta me ha quedado expuesta

Exhibida impúdicamente

A merced del viento y del polvo

No sé cuándo crecerá

El tejido nuevo

Que me abrigue el esqueleto

Y me trasvista los miedos

No quiero que alguien vea

Los profundos surcos

Calados en mis huesos.

Y los arañazos del pasado

que quieren ser notados

 

a pesar de mi empeño.

No he encontrado aún

el abrigo momentáneo

pasajero, perenne,

que mis huesos

Andan buscando

Desde que el frío

Me ha congelado

gota

a

gota

hilos

de

sangre

 

Sendero

He juntado un poco de tierra

En mi interior más profundo

Para hacerme un camino hacia la muerte.

He formado una pila fresca

Con raíces, piedras y sangre seca.

He señado el sendero

Con los derroteros de mi memoria

Para indicarle a la muerte

 

De dónde vengo

Y a dónde quiero ir

Puse carteles para marcar los desvíos

Puse migajas de pan

Para alertar a los distraídos.

Me he rodeado en mi centro

Estuve en mi propia periferia

He salido y entrado

Una y mil veces

Para que ella

Me espere sin prisa

Lejos de la foresta oscura

Sabiendo que no me perderé

Hasta llegar a sus brazos

Cuando en mi otoño

Caiga

Finalmente

La última hoja

 

Rumor

Mi silencio es ruidoso

Está poblado por

El sonido de las sombras

Cuando caminan o se arrastran

 

Para llegar a mi cuerpo.

Mi silencio es una explosión

De palabras no dichas

Y quejidos contenidos.

Un silencio hecho de pájaros

Y animales salvajes.

He cruzado la orilla para gritar

Bien desde adentro

En la más despojado,

Ahí donde puede hacer eco

Mi desgarro.

Nadie me ha escuchado;

Sigo guardando este silencio tumultuoso

Oculto entre voces que poco dicen

Por si acaso

Alguna vez

Necesite de su presencia

(Ausencia)

Para acallar los demonios

Que habitan

Gimen

Aullan

Entre los intersticios

Aún calientes

 

De mi última palabra.

 

Conjurar

 

La palabra que preciso

Para conjurar la oscuridad

El aliento que convoque

La noche más espesa.

Entre susurros

Entre espasmos

Entre lágrimas disecadas

Por el tiempo sin tormenta.

La palabra que busco

En los relieves de mi historia

Ahí, donde un silencio sordo

Ha llenado el espacio

Y colmado la esperanza

De una época sin tregua.

La palabra que imploro

Es aquella que ignoro

Y que araña mi columna

Cuando intento esquivarla .

He tratado de hacer magia

Y desaparecer su nombre

Pero la palabra

 

No ha querido

Soltarme los cabellos

Mientras cabalga, contra el viento,

Por encima de mis miedos.

Conjurando

Por siempre conjurando,

A los fantasmas que viven

Se reproducen y mueren

Entre los surcos abandonados

De mis venas.


   Gracias  querida  autora  y  amiga por  compartir  tus poemas en pieldemundo.blogspot.com  !!


Alejandra Díaz