Luis Daniel Álvarez:
nació el 28 de enero de 1988 en Andalgalá (Catamarca- república Argentina). Público los siguientes libros: "Pueblo y rebelión" (2013), "Vuelo onírico" (2015), “Sueños encajonados” (2015 Y 2017) y “Pájaros de aguardiente” (2017). Dirige la página web de cultura "La tuerca andante" https://latuercaandante.wixsite.com/website/blog
Se desliza por los versos así como cuando también toma su guitarra y entona una zamba- escrita por él-, tiempo de poesías intercambiadas desde las tierras donde vivió mi padre.
Desde su muro de Facebook puede leerse la situación por la que se une a su Andalgalá natal, con aflicción:
"Soy de Andalgalá, pero vivo en San Luis, y soy un ciudadano más del mundo, y ahora y siempre gritaré NO A LA MINERIA A CIELO ABIERTO"
(https://www.facebook.com/DanielAlvarezlit)
El joven autor también nos comparte un poema inédito.
Luis Daniel Álvarez |
POEMAS DE DANIEL ÁLVAREZ:
Ecopueblo
Me levanto
escuchando cantar el sol
junto a los gorriones;
luego salgo a caminar
por las calles de arenas
viendo las plantas saludar
al viento,
las paredes de las viejas casas
hablar con las piedras sobre
los secretos nocturnos
escondidos en el pasado.
Veo a los niños
con sus madres,
a las parejas de jóvenes y ancianos
de las manos practicando
el sacramento del amor;
mientras que otros
aman, odian, ríen o lloran
admirando o detestando
sus virtudes y defectos.
Mientras sigo
caminando
el paisaje queda con sus cuadros
y el día sigue marchando
como todos los domingos del pueblo.
(Del libro:
“Pueblo y rebelión”)
Hoy tan solo quiero ser…
la luz que se disemina en el
agua.
La soledad ambulante.
La paz escurrida en las manos.
El mantra resurgido de tus
entrañas.
La vegetación que adornan tus
sendas
y el sendero marcado por tus pies
descalzos.
La cordura reluciente en tus
labios venenosos.
El viento que cae en cuentagotas
sobre tus ojos espectrales.
La enredadera que indaga la razón
de tu inconciencia.
La oración de tu credo pagano y
místico.
El crespúsculo que encuentra el
amanecer en las montañas.
El sideral que estalla
poéticamente en las alas del cielo
La mirada perdida en las sombras
astrales
y en el vino del amanecer
La coraza que conoce el agua de
tus vertientes.
El recuerdo que retorna a las
cenizas vírgenes.
El susurro movilizado por las
espinas del alma.
La melodía que contempla el polvo
de los pecados.
La palpitación que desentierra
vestigios amorosos.
La rebeldía carbonizada en tus
nidos labiales.
El manifiesto del nirvana
amanecido en la adultez.
La fermentación que explota de
tus imágenes escépticas.
La verdad que derrumba los
tiempos.
El cristal que refleja el tótem
en tu rostro aéreo.
El bosque teñido de cuatro
estaciones.
La fauna erótica de tus
geografías.
La conciencia de doble filo y más
hiriente que un puñal.
El arco iris que pinta los días
después de la lluvia.
Hoy tan solo quiero ser una
palabra…
(Del libro: “Vuelo Onírico”)
Vuelo onírico
A la memoria de Carlos Castañeda
Sentado a la
orilla de un río
emprendo un vuelo
por los círculos de fuego,
y una suave frazada de cactus
hace desaparecer mi cuerpo de
escamas en el aire.
En las dunas de la soledad etérea
encuentro a una mujer
jugando con sueños
escondidos en el abismo;
y los siderales calman la sed
de las almas cansadas de la
realidad.
Grandes esferas de colores
marinos
adornan con hojas a las nubes
pecadoras;
y las diatribas dilatadas con
maldad
son inscriptas en los días
obstruidos
por corazones prófugos
de pesadillas estupefactas.
En la caverna de la conciencia
dibujos infantiles vencen
las sombras atormentadoras.
En la cima de mi cordura
espejos y flores mágicas
reflejan los sonidos de la
esperanza.
Simplemente en este retiro
fluyo entre las betas de la luna
comprendiendo el brillo de las
palabras.
(Del libro: “Vuelo onírico”)
Los astros consternan el café
para que no asumamos las fechas
y las horas no sean percibidas.
Nada nos garantiza que el encuentro
quede grabado en la vitrina
porque no somos parte de la lluvia.
Tampoco podemos vivir en el paraíso
ni ser los héroes de una nación imaginada.
Solo basta saber que somos ánimas
garabateando sobre la servilleta arrugada
los argumentos oxidados por los años.
Basta de pensar.
Dejemos que las carcajadas
se pierdan en la neblina
que acaricia la ciudad
alucinada.
(Del libro: “Transeúntes”)
Asumir
Esperar en
la ausencia
que el
lenguaje
me brinde
las palabras
que no
herede
cuando la historia
solamente
caminaba
en pangea,
es asumir
que soy una
partícula
naufragando
en los mares
pintados
por las
orquestas
del
silencio.
(Inédito)
Luis Daniel Álvarez
Agradecida por sumarte a pieldemundo.blogspot.com
Alejandra Díaz
Felicitaciones a este joven poeta. Las imágenes que atraviesan la pantalla son un documento que sensibilizan y proclaman un llamado a cuidar y protejer nuestro medio ambiente tan vapuleado. Gracias
ResponderEliminar