Tucumán, los escenarios la ven pasar llevándose los aplausos merecidos, una pasión entre las tantas suyas: " La escuela" y su labor permanente de difundir poesía en ella.
CURDA
Ejecuto la ultima botella ,
la estrangulo,
la pongo en el pabellón solitario de la mesa.
Tiembla al ritmo de mi pulso,
la miro fijamente
y le estampo esquirlas de puteadas contra el vidrio,
rezongo y disparo saliva entre los dientes
con en el silencio esquilando maldiciones desde los ojos ,
detonación de gatillo frío
sobre los momentos malditos y espantosos que vivo hace tiempo,
desde que nací a la coherencia de la palabra.
Una vez que toda su sangre coagula mi lengua y reseca mi boca,
la botella sucumbe
y sabe del mismísimo vacío que hay en mi
y río
río a carcajadas como un loco
con un sadismo inquebrantable
ante algún resabio de ternura mística de la uva.
Con la cuerda inquisidora sobre el cuello de esta siniestra transparencia,
ajusto cuentas con la felicidad que se burla de mi
hasta en la ultima gota.
Estoy bastante cuerdo…
solo una curda mas le hace cosquillas
al camino de sombras que ríe conmigo,
ríe espasmos ,
ríe ardor y vómito…
y ríe calambres en el estomago de tanto reir…
y río…
hasta el desmayo de la noche.
Una utopía por la que desvela, la poesía en la escuela |
114 NOTAS QUE HOY SUENAN-
( Agosto de 2014, Estela de Carlotto se reencuentra con su nieto. Músico, compositor, y renacido.)
El ,sabía que el tímpano sería su mejor arma.
Registrar cada nota venida del latido
retener el blanco y el negro del vientre y los espasmos
y querer quedarse hasta la luz de sus ojos.
No había otra forma de encontrase.
Cantó canciones sobre óvulos floreciendo
y de una fila de niños estancados.
Todo sigue rodando en el ritmo constante
de los minutos del mundo.
Mañana habrá otra vez noticias de economía y de huelgas
y pocos recordaran el número exacto.
Hay un rumor de grillos en las noches ancianas,
ellas aun tratan de escuchar la señal de la música
mientras desatan el nudo blanco atorado en la barbilla.
Coros de ausencias son de corcheas y claves de sol
llantos de pequeñitos reclamando el verdadero nombre.
El armó una orquesta de treintamil notas de silencio
y nos acunó como a recién nacidos.
No hay abrazo que alcance
para aplaudir de pie
la sinfonía recuperada
de los sueños.
Registrar cada nota venida del latido
retener el blanco y el negro del vientre y los espasmos
y querer quedarse hasta la luz de sus ojos.
No había otra forma de encontrase.
Cantó canciones sobre óvulos floreciendo
y de una fila de niños estancados.
Todo sigue rodando en el ritmo constante
de los minutos del mundo.
Mañana habrá otra vez noticias de economía y de huelgas
y pocos recordaran el número exacto.
Hay un rumor de grillos en las noches ancianas,
ellas aun tratan de escuchar la señal de la música
mientras desatan el nudo blanco atorado en la barbilla.
Coros de ausencias son de corcheas y claves de sol
llantos de pequeñitos reclamando el verdadero nombre.
El armó una orquesta de treintamil notas de silencio
y nos acunó como a recién nacidos.
No hay abrazo que alcance
para aplaudir de pie
la sinfonía recuperada
de los sueños.
IMAGEN : Gustavo Bardaro POEMA: Candelaria Rojas Paz
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