Alejandro Carrizo
(1959-), Jujuy, Argentina. Ha publicado once ( 11) libros de poemas, dos (2) de narrativa, tres de teatro, siete ( 7 ) de investigación cultural, tres ( 3) de didáctica.
Premios:
Ferinoa, Fondo Nacional de las Artes, ARUNA, Argentores, Teatro Nacional Cervantes, INT. Es autor de canciones populares. Reside en Jujuy, dirige la editorial Cuadernos del Duende y conduce el programa radial "El Puente".
CALLES
Por Alejandro Carrizo
Y un día volví (porque siempre se vuelve) a
caminar las calles de Tucumán. Mi alma se puso las manos en los bolsillos y,
perplejos como un niño, mis ojos se detuvieron en las esquinas de la memoria.
Agarré por Chacabuco, hasta la 24, a “La
Lechería”, para tomarme un amarillo con Carlos Michaelsen Aráoz, pero no
estaban, ni él ni el bar. Entonces seguí por Junín, hasta “La Cosechera”, para
leer poemas con Elba Naigeboren y Nito Racedo pero tuve que seguir de largo.
Doblé por San Martín y frente a donde estaba “El Condado” los ojos de los
fantasmas me dijeron levemente adiós con un pañuelo de olvidos. Después pasé
por “El Central”, mi alma gritó “¡compañeros!”, pero no salieron ni Larry
Janzon ni René Molina. Volví por 25 hasta el “Hotel Corona” y no estaban ni
Casacci ni el Bebe Alvarez. Luego crucé –en vano– hacia “El Buen Gusto” para
tomarme una ginebra con el Pancho Galíndez mientras Fernando Arce nos recitaba
poemas de Juan Gelman (¡qué habrá sido de aquel piano!). ¿Para qué iba a ir a
la Cineteca si no me acompañaría Eduardo Rosenzvaig?, ¿o a la Peña El Cardón
sin Aurelio Salas? Tampoco me le animé al Bajo, para no ver el hueco que
dejaron “El Gallo de Oro” o la peluquería de González.
Preferí ir directo a Muñecas al 200 porque allí,
en “El Griego”, donde está la sala Paco Urondo, allí era mi cuarto en la vieja
casona “la Machu-Picchu” (¿dónde andarán los chicos de “Joetuc”?). Sabía que no
me iban a recibir ni el Buby Perrone ni José Augusto Moreno con el meñique
levantado. Entonces, mi alma y yo, nos paramos al frente a mirar que ya no hay
begonias en los balcones, ni balcones siquiera.
Entonces, casi en silencio grité: “¡Amores
poéticos, salven el mundo!, ¡sálvenme! La poesía es la única geografía que
perdura… Debajo de la puerta de la memoria dejo un sobre con mi corazón
adentro”.
Me doblé el cuello del saco y me fui, despacio,
por las calles enmusicadas del ocaso, cuerpeando aquellos versos de Raúl Galán:
“Cuando digo Tucumán, me duele el alma”.
- Han transcurrido ya muchos años, en que el amigo, el maestro, Alejandro Carrizo se encontrara con nosotros: " los chicos de JOETUC ( Jóvenes Escritores Tucumanos) ", aquellos que, por entonces cursábamos estudios en la Facultades de Filosofía y Letras y de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Testigos del advenimiento de la democracia en 1983, que escribíamos y veníamos realizando recitales en las peñas culturales de ambas facultades, en plena efervescencia de ideales, libertad, la necesidad de recuperar la MEMORIA, dar voz a aquellos que fueron silenciados en la sangrienta dictadura argentina del 76. Fue en ese tiempo que nos reunimos con Alejandro, ya venía de publicar antologías y libros como " Vencedor de Mariposas "y " Los pájaros del polen ", nutrido de libros, para nosotros vedados, como los de Juan Gelman, Paco Hurondo, Leonel Rugama, Roque Dalton, Ahmed Campos y tantos otros que junto a una experiencia de vida, que no escatimó generosidad en brindarnos. Y desde la " Machu Pichu", la antigua casona que albergaba a otros poetas y artistas de distintas provincias nos enseñó a armar el " mono" ( diseño original, a mano, no existía la
tecnología actual) de la primera edición JOETUC, cuya cooperativa funcionaba como un modo de reunión, lectura, amistad y publicación de nuestra antología " Voces de Nuevo Horizonte", Alejandra Prados Riveros, Claudia Infante, Oscar Barrionuevo, Gabriel Kreibhom, el propio Alejandro Carrizo y yo, Alejandra Díaz, éramos los poetas nóveles que viajáramos a la Feria Internacional del Libro 1897 a presentarla, nada menos que por el inmenso Manuel J. Castilla, acompañados por el apoyo de escritores como Eduardo Rosenzvaig, Roberto Reynoso y Rubén Amaya, contando con el apoyo del rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán con la compañía de la querida Marta de Abril. Luego la JOETUC, siguió su curso con otros autores. Es grato agradecer al amigo, al autor que nos acompañó en nuestra primera etapa de difusión. La música y la poesía brindada con generosidad.-
fot de tapa " perros locos llenos de lluvia " |
POEMAS :
1.
un pavo
real emplumó el aire
el día que
murió allen ginsberg
nos dejó
un mandato
(como la
abuela talé:
roben el
vuelo de los tojo cabeza colorada
el
sediento tiene víboras en los ojos
se comerá
el mundo (no hay más tiempo
la iguana
de la siesta va por las venas
con su
cola escribe poemas urgentes
los perros
locos llenos de lluvia
están
lamiendo nuestra sombra
que los
agujeros tapen las manos / ya hay de más
se
necesita oquedad
vacío para
poner algo
o romperlo
todo de una vez
7.
todas las
calles drenan su nombre
su risa es
un arlequín colgado de los
semáforos
/ duelen los zapatos de tanto
y los
perros locos atraviesan la lluvia sin ladrar
voy a
poner todos sus ademanes en una valija
y esperaré
el tren que va al ocaso
las
iguanas pasaron silbando una música ficta
ah yo que
entré a su corazón no encuentro salida
sólo me
consuela el aleteo de las
mariposas
evanescentes
¿morderemos
el horizonte sin mirar a quién?
violinesca
violinesca
llevo una
foto sin prisa ni pausa volverá
el
chirrido de los azahares malditos la
muerte
desea de mí su posibilidad
toso
carraspeo y
escupo un
tango
su
silencio es la letra calle abajo
10.
construí
tu sangre con la luz de los
próximos
besos es decir la catexis de
una
sociedad que recuerda el futuro posible
todo lo
que nos está permitido
y lo que
no
la fórmula
de toda poema es
(π .
ϕ) aliento
suceden
silencios ciegas
que palpan
la furia de los días
sapos que
corren incendiándose
el filo de
cada puñal de agua seca
aunque
godot no
llega
y el día
se muerde la cola
26.
mora en
mis tuétanos la calle de los tarcos
ya no sé
si soy un músculo o los enanos del circo
yéndose
por el ocaso con un arco de violín clavado
en un
gorrión o quizá la cataplasma de la anciana talé
tratando
de aplacar mis monstruos como si la muerte
significara
algo: barro alcanfor y eucalipto
y satanás
sentado en una esquina del techo riéndose
las
tormentas de las yungas son mi poesía / porque
son de
miedo de vértigo y hastío sobre todo hastío
nunca
nadie descartó el suicidio como un acto de fe
o de
justicia ecológica si al fin y al cabo las teclas de
la máquina
siguen solas a deshoras (no hay remedio
Alejandro Carrizo
Agradecida por el material cedido por el autor, quedamos todos invitados a la presentación de su libro:
" perros locos llenos de lluvia "-
Alejandra Díaz pieldemundo.blogspot.com
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